Un tipo de coaching específico para personas con diagnóstico de cáncer. Te guiaré y acompañaré en tu proceso, proporcionándote las herramientas que te ayuden a alcanzar el equilibrio Cuerpo-Mente-Espíritu, fundamental para complementar los tratamientos convencionales.
Pongo a tu disposición mi experiencia y conocimiento sobre el cáncer
El cáncer no tiene por qué ser una sentencia de muerte, aunque lamentablemente ese es el entendimiento generalizado. Esto ocurre porque en ciertos casos de cáncer es difícil hacer un despistaje para detectarlo en etapa temprana y de detectarse, los tratamientos convencionales ofrecen pocas probabilidades de éxito.
Te entiendo, yo tuve que enfrentar un diagnóstico de cáncer hace más de diez años. Es una experiencia terrible como sabrás, pero lejos de lamentarme he aprendido a abrazarla y a entender que el proceso por el que he pasado me ha hecho cambiar para bien no sólo mis hábitos, sino también mi perspectiva de las cosas y ahora busco vivir en armonía con todo lo que me rodea.
El diagnóstico de cáncer me sirvió para despertar en mí la curiosidad para investigar y entender que todas las enfermedades crónicas que azotan cada vez más a la humanidad desde la segunda mitad del siglo XX, están fuertemente relacionadas con la forma como vivimos y de manera importante en cómo nos alimentamos.
He aprendido por ejemplo que el cáncer no nos pasa simplemente por mala suerte o por que lo heredamos y está muy relacionado con los factores externos del ambiente de la persona, como la alimentación, el estrés o la exposición a sustancias tóxicas o contaminantes.
Para enfrentar el cáncer es necesario restablecer el equilibrio Cuerpo-mente-espíritu

En un alto porcentaje de los casos un cáncer está relacionado con una causa emocional, sea un evento traumático o una emoción atrapada. Eso significa de alguna manera que nuestras emociones se traducen en una enfermedad física. Y esto no es válido sólo para el cáncer, algunas personas pueden desarrollar una enfermedad autoinmune, tener alterados sus indicadores metabólicos o en ultima instancia o experimentar problemas cardiovasculares.
La forma en que las emociones se trasladan al plano físico es a través de la conexión entre el cerebro, el sistema nervioso y el sistema inmunológico. Esta interacción, conocida como psiconeuroinmunología juega un papel crucial en la salud y la respuesta a la enfermedad.
En un lenguaje más sencillo, cuando nos vemos sometidos a estrés y hay distintas manifestaciones de estrés, el cerebro interpreta que está en peligro nuestra vida y desencadena una serie de procesos fisiológicos, una reacción común con los animales.
Es la razón por la que se nos acelera el pulso y además se derivan reservas de glucosa a los músculos para que tengamos más fortaleza física entre otras reacciones, con el objetivo de ayudarnos a enfrentar el peligro. Al mismo tiempo le pone freno al sistema inmunológico, al sistema digestivo y al sistema reproductor. El funcionamiento atenuado del sistema inmunológico representa el principal vínculo con el riesgo de cáncer.

El sistema inmune es nuestra principal defensa contra el cáncer
El sistema inmunológico, además de protegernos contra infecciones, cuenta con cierto tipo de células que son muy eficientes en identificar y destruir las células cancerosas de forma precisa. La quimioterapia destruye células cancerosas pero de manera imprecisa y produce serios daños colaterales.
Entonces, cuando nos vemos sometidos a estrés en forma permanente, como puede ser lidiar continuamente con problemas económicos o cargar con un trauma de la niñez, se dice que se trata de un estrés crónico y que nos lleva a tener permanentemente nuestro sistema inmunológico trabajando a media potencia.
En esas condiciones es que cualquier tumor que se pudiera estar formando en nuestro cuerpo, tendrá vía libre para desarrollarse.
Por lo tanto, para obtener los mejores resultados, un elemento importante que debe considerarse cuando se enfrenta un diagnóstico de cáncer, con independencia del tipo de tratamiento al que esté siendo sometida la persona, es buscar restablecer el equilibrio entre sus dimensiones física, emocional y espiritual. Eso incluye pero no se limita a identificar las emociones atrapadas y ayudar a la persona para que pueda procesarlas y liberarlas. Ese es el objetivo del coaching integral para personas con cáncer.
¿Cómo es un proceso de coaching para personas con cáncer?
El proceso descrito en la sección anterior es difícil que lo lleve a cabo una persona por su cuenta y para ello lo óptimo es trabajar con un coach especializado en el proceso del cáncer.
El coaching oncológico es un proceso personalizado y centrado en el paciente, que empodera a las personas que enfrentan el cáncer, enfocándose en su bienestar físico, emocional y espiritual, guiándolas a través del autoconocimiento, el cambio de comportamiento y el logro de metas para mejorar su calidad de vida y habilidades de autogestión, a lo largo de la evolución del cáncer.
Un coach especializado en personas con cáncer esta preparado y maneja distintas herramientas para poder ayudar a lograr el objetivo de superar el cáncer con el menor riesgo de recurrencia.
Trabajar con un coach de salud especializado en cáncer te ayudará a conocer cuáles son todos los factores ambientales que pueden haber influido para que tu cuerpo permita que se desarrolle el cáncer.
Esos factores tienen que ver con la forma como te alimentas, el ejercicio que haces o si descansas adecuadamente, pero lo más importante son tus emociones. Un coach de salud te guiará para que hagas cambios sostenibles en tu forma de alimentarte de manera que tu cuerpo obtenga todos los nutrientes que necesita y también a optimizar otros aspectos del ambiente de la persona. Especialmente en el aspecto emocional, el coach trabajará contigo para conocer bien tu entorno y haciendo uso de las herramientas, poder identificar las emociones que están dominando tu vida y a partir de ahí guiarte para liberarlas y ayudarte a poner en equilibrio las tres dimensiones de una persona que son: Física, emocional y espiritual

1. Exploración y autoconocimiento (2 a 4 sesiones)
Esta fase comienza con el conocimiento profundo sobre el entorno de la persona por parte del coach. A través de preguntas buscará conocer cómo es tu entorno familiar, laboral o social y conocer eventos importantes recientes o lejanos. A partir de ese entendimiento el coach buscará identificar las circunstancias que pueden haber influido para que se desequilibren las tres dimensiones de la persona.
Asimismo, identificar las emociones subyacentes particulares que están produciendo el desequilibrio.
En esta fase el coach, a parte de preguntas dirigidas, utiliza herramientas y técnicas para ayudar a las personas a comprender mejor sus experiencias, emociones y su preparación para el cambio.
También se recoge información sobre las prácticas de alimentación y hábitos físicos y se comienzan a dar recomendaciones para hacer cambios que comiencen as llevar a la persona a las metas que se quieren lograr.
2. Desarrollo de estrategias de acción (2 a 3 sesiones)
A partir de la información recopilada en la fase anterior por parte del coach y del nuevo conocimiento adquirido por la persona sobre sus condicionantes del ambiente, se trabaja en forma conjunta estrategias para abordar los desafíos, procesar las emociones y se establecen metas a alcanzar en el proceso.
Finalmente, se establece en forma conjunta un plan para llevar a la práctica las estrategias. El coach instruirá a la persona en la aplicación de las herramientas que se ha decidido utilizar.
3. Implementación y práctica (3 a 6 sesiones)
A partir de esta fase el paciente comienza a trabajar en la implementación de la estrategia definida en la fase anterior, con la ayuda y apoyo del coach. En la implementación de esa estrategia es muy importante el trabajo individual.
El coach puede dar instrucciones o enseñar a usar herramientas, pero el logro de los resultados depende prácticamente en la totalidad de la interiorización del proceso por parte de la persona y de la constancia en el trabajo individual.
4. Apoyo y seguimiento (Esporádica, en base a lo requerido)
La fase anterior culmina cuando el paciente ha logrado avances significativos en la implementación de la estrategia definida. El bienestar alcanzado hasta este punto representa un avance importante hacia la sanación.
No obstante, se requiere a partir de ahora un proceso continuo en el que la persona siga trabajando en los objetivos y buscando que no hayan retrocesos sobre los avances logrados. La intensidad y duración del trabajo en esta etapa será definida en conjunto, estableciéndose puntos de control periódicos.

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¿Quieres saber qué temas se discuten en las sesiones de coaching oncológico? Te doy una idea
- El principal objetivo de las sesiones de coaching oncológico es ayudarte a que recuperes el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu: Una enfermedad como el cáncer está muy relacionada con una pérdida del equilibrio entre las tres dimensiones de la persona: Física, emocional y espiritual. A través de la conexión entre el cerebro, el sistema nervioso y el sistema inmunológico (psiconeuroinmunología), las emociones se pueden convertir en problemas físicos. Por ello, para lograr que una persona supere el cáncer se necesita, además de los tratamientos convencionales que apliquen, que la persona recupere ese equilibrio. Para ello se necesita identificar cuáles son las emociones atrapadas que la están afectando y ayudar a procesarlas.
- Identificar las emociones reprimidas:
Las emociones reprimidas son las emociones guardadas del pasado, sean positivas o negativas, conscientes o inconscientes. Las más comunes son las negativas, como estrés, miedo, trauma, arrepentimiento, rabia o tristeza, pero también podemos guardar emociones positivas como felicidad.
Para identificar esas emociones es necesario conocer muy bien a la persona, p.e. su entorno familiar, de trabajo, pareja, amigos, además de eventos que pudieran haber significado un impacto importante en tu vida.
- Una vez identificadas las emociones que te están afectando te ayudaré a procesarlas. En función al tipo de emoción te sugeriré herramientas y prácticas que te ayudarán con ese fin.
- Ayudarte a comprender las complejidades de tu plan de tratamiento. Al igual que tu, cuando me diagnosticaron no sabía nada sobre el mundo relacionado al cáncer. Desde entonces he aprendido mucho sobre la naturaleza del cáncer, los tratamientos que existen, sus efectos y las circunstancias en que se utilizan unos u otros. A partir de ese conocimiento puedo ayudarte a entender, en lenguaje sencillo, la complejidad de tu caso y darte la información clara que necesitas para tomar las decisiones que encararás en el proceso. También ayudarte a comprender los resultados de tus pruebas, a medida que avanzas en tu tratamiento.
- Dedicar tiempo a prepararte para las visitas médicas, ya que son momentos cruciales en los que quieres tener la mente despejada y preparadas las preguntas que necesitas hacer. De ser necesario, puedo acompañarte a las citas. Puede ayudar tener un par adicional de oídos en la sala.
- Ayudarte a entender las opciones de tratamiento que tienes a disposición y a analizar todos los aspectos positivos y negativos. Es posible que tus médicos no te den mucha información al respecto.